Dentro de la variada fauna de cineastas, existen varios tipos: los que llegaron a dirigir después de un duro aprendizaje en los platós, desde meritorios de producción o ayudantes de iluminación; los que aprendieron a hacer cine en una escuela y ponen en práctica sus conocimientos con filmes sesudos y con pulsiones egocéntricas; y los que mamaron el cine en las salas, fijándose en cada detalle, en cada emplazamiento de cámara, en cada giro de guión o en cómo los maestros resolvieron cada secuencia.
Estos últimos, una especie de cineastas que, como los buenos gourmets, aprendieron su oficio viendo cómo lo desarrollaban quienes nacieron antes que ellos, son los directores “mirones”. Directores que registraron su archivo de miradas para crear un mundo personal, no siempre basado en obsesiones personales, con el único propósito de entretener al espectador, al fin y al cabo, la esencia del cine.
FOTO: Daniel Monzón (a la izquierda) en sus tiempos de cinéfilo loco, agarrando a Santiago Segura en la presentación oficial de su corto "Evilio" a primeros de los años noventa.
Una gran reflexión, lo de los 3 tipos de director. Solo un pequeño detalle, como jugador de rol empedernido desde los 13 o 14 años, he de reconocer que me molesta sobremanera que siempre que se referencia al rol, tanto en el cine, como en la TV tiene que ir ligado o a un psicópata asesino o a gente con trastornos mentales. Reconozco que "El Corazón del Guerrero" trataba de entretener y muchas veces de arrancar hasta una sonrisa, pero no dejan de fastidiarme esas cosas, ya que mucha gente, como yo, hemos tenido que sufrir madres víctimas de la no capacidad de filtrar las cosas y asimilarlas tal cual lo dicen en cine o TV... así que la imagen que ha quedado es nefasta...
ResponderEliminar¡No te pongas así, que no deja de ser una peli! Es como en el cine porno, que todos dicen que son iguales... aichs...
ResponderEliminar