jueves, 23 de septiembre de 2010



Un extraterrestre valenciano...
¡¡en Moonfleet!!
Hoy paga la ronda el realizador paranormal: MANUEL ROMO


Si un día un marciano verde (quien dice verde, dice amarillo: para gustos los colores) bajara a la Tierra y me preguntara: “¡Oiga ud!, ¿Qué es el cine de aventuras?”… ¿Qué haría? Evidentemente, no le podría responder debido al shock de haber descubierto, de golpe y porrazo, que hay vida en otros planetas, y que además, sienten curiosidad por nuestras cosas, tal y como denota la pregunta. Si consiguiera recuperarme del susto, y ya en mis cabales, reflexionaría sobre la pregunta del marciano verde (que habíamos quedado que podía ser amarillo)... y no, no le daría una respuesta. Creo que una cuestión como “¿qué es el cine de aventuras?” tiene una respuesta tan larga y prolija que me perdería. Y lo que es peor, perdería al pobre marciano. Pero como tampoco está bien no dar respuesta a seres que han hecho un viaje tan largo… MI RESPUESTA a la pregunta consistiría en sentarlo en una butaca de esta nueva edición de LA MOSTRA y ponerle a ver “Los contrabandistas de Moonfleet”.
¡AVENTURA SE ESCRIBE CON MAYÚSCULAS!

No hay película que mejor defina el género de aventuras que el clásico dirigido por Fritz Lang en 1955. La película tiene todo lo que tiene que tener una historia de aventuras. Y lo hace sin despeinarse, como quien no quiere la cosa. Sin pretensiones de ningún tipo se ha convertido en la película TOTAL. Tiene el ambiente propio de la genial novela de Stevenson (“La isla del tesoro”): esa taberna siniestra, los acantilados terroríficos, un cementerio tenebroso… que te van preparando para lo peor (mejor). De hecho, la novela en la que se basa, “Moonfleet”, de J. Meade Falkner, es casi un sucedáneo de la de Stevenson. Escrita quince años después, el relato de Falkner, se adivina como una suerte de continuación de “La isla del tesoro”, nacido claramente a su sombra y con el ánimo de dar una vuelta de tuerca a la consabida historia de iniciación.

DE PIRATAS, TESOROS Y SINVERGÜENZAS
Lang convirtió su adaptación de “Moonfleet” (cambió sustancialmente la trama) en casi una versión no confesa, apócrifa, del relato de Stevenson, pero mejorado. “Moonfleet” tiene más sentido del humor, tiene más cinismo… No hay más que ver el personaje encarnado por Stewart Granger, un pirata-sinvergüenza-buscavidas en el ocaso de sus días y que encuentra en el niño protagonista una razón para seguir adelante. Un (anti) héroe a la fuerza... ¡¡Y cómo esa mirada cínica se trastoca en una tristeza cuasi mítica a medida que avanza el relato!! La complejidad de “Los contrabandistas de Moonfleet” es tal que daría para llenarle de datos la computadora de nuestro amigo el marciano. Así que yo no me la pienso perder cuando “la echen” en el ciclo MOSTRA CLÀSSIC. Y, por supuesto, la pienso ver en compañía de mi marciano verde. Así que si veis un par de butacas ocupadas por mi marciano y yo... POR FAVOR: ¡NO molestéis!

POSDATA: Por cierto, el tipo elegante que abre este coment sobre la obra maestra que es "Los contrabandistas de Moonfleet" es nada más y nada menos que su director: el mítico Fritz Lang. ¡Qué grande! ¡Me encanta su sombrero! 




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